Depresión después de una LME: signos y síntomas

Depresión después de una LME

Una lesión de la médula espinal (SCI) es un evento que cambia la vida. Las cosas nunca volverán por completo a como eran antes, y es posible que se estén produciendo muchos cambios en su condición física y sus emociones.

Debido a esto, puede encontrarlo difícil de hacer frente con la vida cotidiana.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, «La mayoría de las personas con lesión de la médula espinal experimentan dolor crónico y se estima que entre el 20% y el 30% muestran signos de depresión clínicamente significativos». Entonces, si bien es normal tener sentimientos de tristeza, enojo o soledad después de una LME, si algunos de sus síntomas duran más de unas pocas semanas, es posible que tenga un problema de salud mental más grave que requiera apoyo profesional.

Signos y síntomas de depresión

Algunos de los signos o síntomas de la depresión pueden confundirse con otras cosas. Por ejemplo, puede pensar que duerme mucho porque está cansado todo el tiempo cuando en realidad está sufriendo de depresión. Y aunque algunos síntomas son psicológicos, otros pueden ser físicos. Esta lista debería ayudarlo a determinar cuál podría ser un síntoma:

  • Pérdida de interés en las actividades que solía disfrutar o poca energía al participar en actividades.
  • Cambios en el apetito, ya sea que coma mucho más o mucho menos de lo que solía comer.
  • La falta de concentración puede no ser un problema de atención, sino más bien un signo de depresión.
  • Tener dificultad o incapacidad para tomar decisiones, especialmente las simples, como qué comer en el almuerzo.
  • Experimentar sentimientos de desesperanza o inutilidad.
  • Constantemente tener un patrón de sueño interrumpido.
  • Sentir que tienes la culpa de todo.
  • Tener pensamientos de suicidio o autolesión.

La depresión no es culpa tuya

Es importante recordar que la depresión no es culpa suya. No existe una única causa para la depresión. La depresión proviene de desequilibrios químicos en su cerebro. Algunas personas nacen con estos desequilibrios. Para otros, el desequilibrio puede ser el resultado de un evento que les cambió la vida o de un factor estresante que afectó a los químicos o neurotransmisores en su cerebro.

La buena noticia es que la depresión se puede tratar. Si cree que puede estar sufriendo de depresión, hable con un amigo o familiar y obtenga ayuda de su médico. Si su médico cree que está clínicamente deprimido, puede ayudarlo a encontrar formas de controlarlo.

Depresión en Europa

En Europa, El 25% de la población general sufre depresión o ansiedad. Eso no es mucho más bajo que el porcentaje de personas con SCI que experimentan depresión. Estos números nos dicen que si está experimentando depresión después de una lesión de la médula espinal, no está solo.

La clave es no dejar que su depresión se convierta en una condición incapacitante. Hasta el 50% de las bajas por enfermedad crónica se deben a depresión o ansiedad. La depresión, si no se controla, puede convertirse en una barrera más grande para su reintegración en la sociedad que su discapacidad física. Lamentablemente, aproximadamente la mitad de todas las depresiones graves no se tratan. Algunas personas sienten que existe un estigma contra los problemas de salud mental y tratan de lidiar con ellos por su cuenta.

Tratar la depresión

Los antidepresivos y el asesoramiento son los dos métodos más comunes que se utilizan para tratar la depresión. Se ha demostrado que estos tratamientos reducen de manera confiable los síntomas de la depresión para que las personas puedan volver a su nivel normal de funcionamiento.

Los medicamentos antidepresivos abordan los desequilibrios químicos en su cerebro. Un tipo común de antidepresivo es un ISRS. Este tipo de medicamento aumenta la cantidad de serotonina química que se encuentra en su cerebro, lo que lo hace sentir mejor tanto emocional como físicamente.

Si bien existen muchos tipos de asesoramiento, la terapia cognitivo-conductual es el tipo que se usa con más frecuencia para la depresión. La terapia cognitivo-conductual lo ayuda a concentrarse en creencias positivas, lo alienta a participar en actividades significativas y lo hace muy consciente de lo que podría convertirse en un patrón de pensamiento negativo.

Estos tratamientos suelen tener más éxito cuando se usan juntos y cuando se usan lo antes posible en el episodio depresivo. Entonces, si cree que está clínicamente deprimido después de su LME, busque ayuda tan pronto como se dé cuenta de que es un problema. ¡Esto acortará su experiencia con la depresión y le permitirá volver a disfrutar de la vida lo antes posible!